Diferencias entre la liposucción y la lipoescultura

Es el tratamiento en el que un cirujano disuelve la grasa localizada de ciertas zonas del organismo y la absorbe con una cánula succionándola. En primer lugar, se procede a introducir un instrumento metálico alargado que se usa para mover la grasa. Cuando se ha conseguido despegarla de la zona en la que estaba adherida, se introduce la cánula para proceder a la aspiración. La grasa extraída se desecha de la forma que marca la normativa sanitaria.

Por lo general, solo es necesario hacer alguna incisión de pequeño tamaño para conseguir los mejores resultados. Es de enorme utilidad en zonas como el abdomen, los glúteos, la cintura o los brazos. La recuperación no es demasiado dolorosa y es posible conseguir efectos muy recomendables y permite volver a llevar una vida totalmente normal a los pocos días.

Su propio nombre nos da una pista muy acertada sobre esta intervención. Si se confunde con la arriba explicada es porque también comienza de la misma forma, pero con una salvedad: en esta ocasiín la grasa se reserva para darle la forma deseada a la zona del cuerpo escogida por el paciente.

Es decir, este proceso es mucho más completo que el anterior ya que incluye una liposucción y no siempre se limita a eliminar la grasa sino también a esculpir la zona intervenida hasta conseguir una imagen mucho más acorde con los gustos de la persona intervenida.

El objetivo de este tipo de procedimiento es afilar y equilibrar la silueta. Para muchos especialistas, esta técnica es mucho más completa que la primera de las citadas y le da al cirujano mayor libertad para amoldarse mejor a la imagen que quiere tener su paciente.

El cirujano. Si bien la persona que va a pagar la intervención tiene, lógicamente, su derecho a decidir, hay que tener en cuenta que es el profesional el único que tiene la capacidad suficiente para prever los resultados de cada procedimiento. Además, es de vital importancia repasar el historial médico de la persona que vaya a pasar por el quirófano para conocer cualquier tipo de contratiempo que pudiera surgir y evitarlo.

Una vez aclaradas las características de cada intervención, ha llegado el momento de subrayar algo de vital importancia. Como profesionales, nos alarmamos al comprobar cómo en los medios de comunicación parece que este tipo de tratamientos estéticos es algo baladí que puede hacerse cualquier persona y que no reviste ningún tipo de problema.

Aun siendo así, gracias a la tecnología de la que disponemos, nos vemos en la obligación de recordar que cuando se entra en un quirófano siempre hay un riesgo. Es decir, no por ser la persona que paga ya se está en posesión de la verdad. Resulta más conveniente asesorar correctamente a cada paciente, exponer con claridad qué necesita y qué no y darle las claves necesarias para que se tome muy en serio una intervención que cambiará su imagen y también su forma de vida.

Esperamos haber aclarado los conceptos relacionados con la liposuccion y con la lipoescultura. Todo sea por convertir su próxima visita al cirujano en un proceso más sencillo en el que siempre deberá seguir los consejos del profesional para conseguir alcanzar su objetivo con mayor facilidad.