El auge de las intervenciones de lipoescultura ha provocado un enorme interés por esta adecuada manera de afinar la silueta. Sin embargo, según observamos a diario, las diferencias entre esta técnica y otras de nombre similar no parecen estar demasiado claras. Pasamos a explicarlas en los siguientes apartados.
Es una intervención en la que se lleva a cabo la succión de los depósitos de grasa de ciertas zonas del cuerpo. Se usa una cánula fina y se obtiene el vacío usando jeringuillas, por lo que el cuerpo se amolda mejor a la pérdida de grasa.
También se modela, a base de masajes, el área intervenida para conseguir un efecto óptico más adecuado. Se utiliza anestesia local y no requiere ingreso hospitalario.
También se trata de una intervención en la que se elimina la grasa de zonas como el abdomen, los glúteos o los brazos, por citar tres ejemplos. Para lograr este objetivo, al igual que en el caso anterior, se introducen unas cánulas huecas para aspirar la grasa. Las mismas están conectadas a una máquina y la grasa se acumula en un recipiente para que el cirujano pueda conocer la cantidad extraída.
La duración máxima de este tratamiento es de 90 minutos. Requiere anestesia, pero no ingreso hospitalario.
Tanto en la lipoescultura como en la liposucción, tras el tratamiento es necesario llevar unas fajas compresivas durante 10 días. A las 48 horas es posible volver a hacer vida normal. Para someterse a este tratamiento es indispensable realizar un estudio médico previo idéntico al que se realiza antes de cualquier otra cirugía.
Debe estar compuesto de un hemograma en el que se determine el tiempo de coagulación, una radiografía de tórax y un electrocardiograma. Tras la operación se suelen recetar analgésicos, para el dolor, y antibióticos para evitar la infección. La edad del paciente es fundamental para que la piel no quede flácida.
En lugar de usar una cánula, se utiliza un dispositivo con láser para derretir la grasa. Su principal ventaja es que deja la piel tersa. Es necesario introducir una cánula para extraer el líquido oleoso en el que se convertirá la grasa tratada, si bien su tamaño es muy pequeño y apenas provoca molestias.
Este tratamiento se lleva a cabo con anestesia local y no exige ingreso. El especialista aconsejará el uso de una faja compresiva durante varios días durante los cuales no se recomienda hacer deportes de alta intensidad.
Poco a poco está ganando una enorme popularidad, dada su eficacia para modelar el cuerpo al gusto del cliente. Es importante mencionar que, a pesar de su auge, no ha logrado destronar del todo a la lipoescultura como tratamiento de estética.
Existe un tratamiento para cada persona, por lo que no podemos afirmar cuál es el mejor. Si lo que se desea es perder grasa de una zona muy localizada y tener una rápida recuperación sería recomendable el lipoláser. Si se busca un tratamiento más uniforme, con unos resultados más duraderos y con mayor seguridad la lipoescultura será la opción más indicada.
Igualmente, los estudios previos son de vital importancia para decidir el tipo de intervención a realizar. No siempre resulta fácil aguantar los rigores de estas intervenciones, por lo que el especialista será el encargado de escoger la más adecuada para cada persona.
Esperamos haber expuesto de forma adecuada la diferencia entre lipoescultura, lipoláser y liposucción. Ahora han quedado más claras las características de cada una de ellas y las diferentes opciones que presentan para eliminar la grasa de forma cómoda y duradera.