La mesoterapia y la lipoescultura, todos los secretos

La mesoterapia es un tratamiento estético con efectos similares a la lipoescultura, pero que no implica una intervención quirúrgica tan traumática. Se usa para reducir la grasa corporal, en el abdomen, la papada, la cintura, los glúteos y las piernas, y disminuye de manera efectiva la celulitis, estrías, aruugas y las cicatrices. También consigue rejuvenecer la piel del rostro, el cuello y los ojos. 

La clave de esta técnica está en nutrirnos y rejuvenecernos la dermis mediante la aplicación de ácido hialurónico y otros componentes que se inyectan directamente en el mesodermo (capa media de la piel).

La producción de colágeno y elastina estimula el metabolismo y acaba con la flacidez y el descolgamiento.

Mientras que la liposucción no trata la celulitis, sino que incluso llega a producirla o aumentarla, la mesoterapia actúa sobre ella directamente, ayudando a eliminar los grupos adiposos.

Además, suaviza la piel y reduce la grasa, a diferencia de la liposucción, que elimina la grasa sacándola del cuerpo, lo que puede suponer una redistribución poco estética del volumen corporal.

Con la mesoterapia, los depósitos de grasa son eliminados por el propio organismo y no reaparecen en otras áreas, algo que a menudo ocurre después de una liposucción.

La mesoterapia no requiere hospitalización, anestesia general o tiempo de inactividad. La lipoescultura, por el contrario, obliga a hospitalizarse y someterse a una intervención quirúrgica, con un postoperatorio incómodo y que puede prolongarse varias semanas.

Respecto a los precios, los de la mesoterapia varían dependiendo del tamaño de la zona tratada y la cantidad de producto utilizado. La liposucción requiere, en todo caso, una inversión considerable.

El tratamiento de mesoterapia en sí dura entre media y una hora. Se aplica anestesia local unos 30 minutos antes, para evitar molestias por las inyecciones.

Es entonces cuando se aplica su contenido utilizando una aguja muy fina, que penetra hasta el mesodermo por debajo de la superficie de la piel. El objetivo es reemplazar el ácido hialurónico que se pierde con el envejecimiento.

Este puede suministrarse junto con otras sustancias, según el análisis previo del especialista. Por eso, la composición y el número de inyecciones se determinan caso por caso, dependiendo de las características de cada paciente.

Como pacientes generalmente necesitamos un tratamiento cada 10 a 14 días. Las dosis son pequeñas y en intervalos de una pulgada en el área que se está tratando. En algunos casos, se realizan varias inyecciones pequeñas en el mismo sitio.

También hay tratamientos que pueden realizarse como alternativa a la inserción de agujas. En todo caso, es importante contar con especialistas acreditados y con experiencia en este tratamiento. 

Aunque esta técnica no suele presentar problemas al ser poco invasiva, sí que hay algunos casos en los que se recomienda no someterse a ella. Algunas de las contraindicaciones son:

- Durante los meses de embarazo y de lactancia.

- Casos de personas que están sometidas a tratamiento con anticoagulantes.

- Personas alérgicas. Por eso, antes de someterse a cualquier tratamiento, es importante una consulta previa con un especialista que tenga en consideración el historial médico del paciente.

- Personas en tratamiento por enfermedades cardíacas.

- Personas con alguna enfermedad grave y que están sometidas a tratamientos intensos, deben consultar a su médico.

- Personas que han recibido trasplantes de órganos.

- Personas con epilepsia o convulsiones.

Si quieres reducir de forma rápida y efectiva esa grasa que se acumula en algunas partes de tu cuerpo, acabar con la celulitis o estrías, infórmate en el Instituto Médico Salud e Imagen IMSEI Clinic, que ofrece asesoramiento gratuito y está avalado por profesionales experimentados en medicina y estética.