Las fiestas navideñas someten a nuestra piel a una serie de factores que la pueden dejar marchita y frágil. Además de la cirugía estética, existen una serie de sugerencias que podemos brindar para su recuperación. A continuación se detallan:
Después de varias semanas en las cuales se han cometido algunos excesos, la piel requiere de atención especial. Los trasnochos, la ingesta calórica elevada, los brindis y el estrés navideño dejan huellas que pueden revertirse.
Es un tratamiento regenerador no invasivo y muy efectivo. Se trata de cremas y geles que contienen atelocolágeno, un bio-colágeno activo y purificado. Como ingredientes complementarios lleva ácido hialurónico y extractos naturales de plantas.
La penetración de estos productos hasta las capas más profundas de la piel garantiza que los estratos superficiales se regeneren, se hidraten y se reafirmen, permitiendo al rostro adquirir una imagen luminosa.
Es un tratamiento que brinda resultados muy naturales hasta por dos años. Consiste en la aplicación de un relleno dérmico con Radiesse, un material suave y maleable. Para ello se utilizan inyecciones con agujas muy finas en el rostro o en las manos, con lo que se adiciona volumen en las arrugas y pliegues, eliminándolos o atenuándolos.
El producto es biocompatible y biodegradable; se trata de esferas microscópicas de hidroxiapatita cálcica suspendidas en un gel acuoso. Este es un compuesto que existe naturalmente en el cuerpo, por lo que no produce alergias.
Tiene dos efectos: el inmediato, que añade volumen y el posterior, cuando estimula la producción natural de colágeno. Con ello se logra la reafirmación del óvalo del rostro y un aspecto radiante y renovado.
Es una terapia anti-edad que se basa en la activación de los mecanismos naturales de regeneración con lo que combate el envejecimiento y también sus causas. Produce un efecto global y progresivo.
Para ello se inyectan a nivel del mesodermo en el rostro, el escote y las manos, utilizando pequeñas agujas que no producen traumatismos por lo que no afecta la actividad cotidiana.
De esta manera se introducen en la piel compuestos activos nutritivos y revitalizantes en sesiones de inicio, de reparación y posteriormente de mantenimiento.
Los resultados son progresivos y acumulativos y se logra luminosidad, aumento de la densidad y elasticidad de la piel, uniformidad y reafirmación.
El tratamiento se basa en el uso de un gel transparente de ácido hialurónico, una sustancia que forma parte del soporte natural de la piel. Este producto se obtiene a partir de cultivos tisulares de laboratorio, por lo que es estéril, biocompatible y no produce alergias por no ser de origen animal.
Se incorpora mediante inyecciones indoloras para ubicarlo en el líquido intersticial que rodea a las células de la piel. De esta manera, por su afinidad con el agua, hidrata y da turgencia a los tejidos. Además estimula la producción de colágeno por parte de los fibroblastos.
Las sesiones, que pueden repetirse cada 6 meses o anualmente, proporcionan un aspecto terso y vital a la piel.
Algunos productos de esta gama tiene como propósito rellenar arrugas o aumentar determinadas zonas como labios, pómulos y mentón para moldear y redefinir contornos.
La palabra significa exfoliar y para ello se utilizan diversos productos que renuevan las capas superficiales del cutis a diferente profundidad, según el propósito deseado.
Los productos son fenoles y retinoles que inciden más o menos profundamente. Dependiendo del grado de descamación del estrato córneo, se usa para desvanecer manchas e hiperpigmentaciones, devolver elasticidad, firmeza y luminosidad o para eliminar la red de líneas superficiales.
Tanto la cirugía estética como los tratamientos rejuvenecedores están destinados a lograr una piel sana, juvenil y radiante. Estos tratamientos presentan una duración variable desde los 6 meses a 1 año.