El botox se ha convertido en una de las sustancias más demandadas por parte de pacientes que quieren mejorar el aspecto de su rostro. Sin embargo, no siempre se tiene claro ni cómo funciona, ni cómo se aplica, ni cuáles son sus características más positivas. Ofrecemos respuestas a estas cuestiones a continuación.
El término que designa a la toxina botulínica es una metonimia proveniente de la primera marca comercial que puso a la venta esta sustancia. Debido a los movimientos repetitivos del rostro, los músculos terminan perdiendo su elasticidad, lo que provoca la aparición de arrugas. Esta toxina paraliza los músculos en los que se inyecta provocando que recuperen su forma inicial y creando un efecto inmediato en la cara del paciente.
La eficacia de la toxina es innegable también para corregir problemas de estrabismo, migrañas, dolores en las vértebras, problemas de control de esfínteres en parapléjicos, distonías y blefaroespasmos, entre otros.
La persona que va a recibir el tratamiento ha de ver antes al profesional para que se decida tanto la cantidad como las zonas a tratar. El experto llena una jeringuilla con la toxina botulínica y va inyectando pequeñas cantidades en los puntos clave. Esta intervención no es dolorosa y permite al paciente hacer su vida normal a las pocas horas.
Aquellas en las que las arrugas de expresión están más marcadas. Por lo general, el entrecejo, la frente, el área orbicular lateral (patas de gallo), la nariz, los labios, la zona bajo la nariz, el mentón, la mandíbula y los músculos que intervienen en la masticación.
Su uso se ha generalizado gracias a su adaptabilidad a todo tipo de pacientes. Además, ayuda a:
Cuando el tratamiento no ofrece los resultados esperados es, fundamentalmente, por estas dos razones:
Seguimos sin entender por qué si una persona necesita operarse de algo acude a un cirujano, pero, si se va a hacer un tratamiento estético, confía en cualquier persona. Inyectar esta sustancia paralizante no es algo que pueda hacer cualquier persona sin formación. Para lograr los mejores resultados, hay que tener conocimientos previos de anatomía, controlar la cantidad de sustancia y otros factores esenciales que evitarán problemas de inciertas consecuencias.
Además, el buen profesional no buscará nunca que su paciente luzca una máscara de porcelana por cara, sino todo lo contrario. Tras analizar la expresión facial de cada paciente, se buscará más la naturalidad y el mejorar la imagen de esa persona. Los resultados han de ser los más convenientes para la edad de la persona intervenida. No se trata de cambiar totalmente la expresión facial, solo de mejorarla.
Esperamos haber aclarado los términos más importantes sobre el botox y sobre su innegable utilidad en los tratamientos estéticos. Confiando en profesionales del sector de la estética es más fácil la consecución de resultados más adecuados y menos estridentes.